martes, 2 de junio de 2015

El destino

A veces me pregunto si alguna vez me necesitaste, si me extrañaste alguna noche, si pensaste en mí cuando salió la luna que alguna vez fotografiamos. Porque si me preguntaras lo mismo te diría que sí, que te necesito mucho, que te extraño, que siempre pienso en ti.

Te conozco desde que éramos casi niños, y algunas veces pensé, durante el largo tiempo que no te vi, que si alguna vez te encontraba tal vez serías una persona distinta a la que conocí pero no, no fue así,porque cuando te encontré después de casi 30 años percibí de inmediato que tu esencia era exactamente la misma, y tal vez eso explique cómo es que fue tan fácil que mi amor largamente dormido despertara con una carga de energía incalculable.

Por ti he sentido el amor de las diferentes formas como solo el que es verdadero puede mostrarse. Quisiera que lo supieras, o que siquiera lo notaras porque eso me bastaría para seguir el camino que me queda. No sé cuánto tiempo me quede, solo sé que es tuyo y eso nunca cambiará. 

Contigo aprendí que la vida nos da oportunidades y también nos las quita, que cuando llegan se debe saber mantenerlas porque los errores de verdad se pagan; y bueno, ésta es la factura de mis errores porque ahora solo puedo escribir lo que siento sin ser leído por la persona que quiero. Pienso que si alguien leyera esto creería que estoy loco por escribirle al aire, pero le diría que no es locura sino solo supervivencia.

Así es el destino, impredecible y justo, como injusto también.

Beto Pejovés



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